Cuando dos elefantes se pelean, es la hierba la que sufre

Nota: esta entrada la ha escrito Txus Ordorika, al que estoy muy agradecido 😉

Hace unos días, Google anunciaba a bombo y platillo su nuevo engine para el proyecto Chromium (del que derivan Chrome y ChromeOS): Blink.
Para el común de los mortales, esta decisión puede parecer trivial, pero no lo es tal.
Google adoptó el proyecto Webkit, que es al final el protagonista de la historia, como render de su navegador. Es el software que convierte el HTML en lo que ves y donde lo ves. Es una de las patas principales de cualquier navegador. Webkit se utiliza en prácticamente la totalidad de los navegadores móviles (Chrome, Safari, el navegador de Android…). Durante varios años, el trabajo de Google Webkit ha sido innegable, contribuyendo con millones de líneas de código, a la estabilidad del proyecto, a que funcione mejor, más rápido, y se haya convertido en un estándar de facto para los navegadores de hoy día.
Pero Webkit es también software libre, y las mejoras de código son públicas. Y aquí es cuando aparece la pelea de elefantes. Webkit era un proyecto de Apple (sí, Apple también hace software libre :-o) y las disputas internas por el control de la plataforma son conocidas.
Así pues, Google toma la calle de en medio y se marcha del proyecto, y anuncia Blink, su nuevo render. También software libre, pero liberado como el código fuente de Android, primero lo escribimos nosotros, luego lo publicamos. De esta manera, Google consigue que «en mi casa jugamos así», y no tiene más disputas con nadie. El navegador se actualizará como siempre en segundo plano, y el usuario final no verá cambios significativos. Como diría el sabio profesor: «Lo hago porque quiero y porque puedo«.
Todo esto es genial, si no fuera porque el nombre Blink es un proyecto bien establecido en el mundo de la Voz-IP. También sofftware libre, se trata de un softphone, que lleva varios años de andadura.
Dentro de la promoción de Blink (el de Google), ha hecho que desaparezca cualquier relación con ningún proyecto/empresa/ente que interfiera con el nacimiento de su nueva criatura. El resultado de esto es que un buen proyecto, con varios años de andadura y que es la cara visible de una empresa de software libre, prácticamente haya desaparecido de Internet, por la posición dominante de Google en el mercado de buscadores.
No me extraña que la empresa haya contactado con los desarrolladores, a fin de poder solucionar el problema.
Es curioso cómo una empresa como Google, que tiene una raíces tan profundas en el ecosistema del software libre, tenga tan poca consideración con otras empresas que están en el mismo barco que ellos. Y les aplique esta solución. 😉
Really, Google, don’t be evil?

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