A pesar de ser este un blog de software libre, es habitual que nos vayamos por las ramas cuando hay acontecimientos aledaños que nos afectan y nos importan. Tal es el caso de la llamada «Ley Biden-Sinde» (1, 2, 3, 4), colada de mala manera dentro de la Ley de Economía Sostenible (todavía no tengo claro para quién es sostenible, pero el nombre sigue la línea oficial del partido, así que estará bien). Lo de añadir Biden al nombre viene a cuento de estos cables que se cruzaron entre la ínclita y el vicepresidente de EEUU Joe Biden. Lo del ojo del huracán lo digo principalmente por dos personas, Alex de la Iglesia y David Maeztu, que han salido escaldados del infame proceso de aprobación de la ley.
Alex tuvo la ocurrencia de intentar acercar posturas entre la industria cultural (me niego a llamarlos creadores, creadores somos casi todos) y la gente que apuesta por otro modelo cultural (me niego a llamarlos internautas, internautas somos casi todos). Al principio todo empezó igual de «raro» que en ocasiones anteriores, con supuestos personajes relevantes de Internet (muchos de ellos no saben programar un «Hola, mundo!» en ECMAScript, otros sí). Ambiente enrarecido, egos a flor de piel y twitter como escenario de todo ello. Si soy sincero, a mí me sonaba a un lavado de cara por parte de la industria para que el supositorio Sinde doliera un poquito menos.
En una de esas cenas-debate apareció Amador Fdz-Savater para gritar que el emperador iba desnudo y que se dejaran de mandangas. La tensión volvió a crecer y todos se enseñaron un poco más de lo que hubieran preferido. Alejandro Sanz se retrató como lo que es, un ignorante que sufre intentando juntar letras de forma coherente. González-Sinde dio a todo el mundo una lección de historia «alternativa» y algunos otros asistentes a esas reuniones se quejaron de que se airearan detalles de cenas pagadas con dinero público.
Y en estas, David Maeztu, un abogado muy comprometido con la cultura libre desde hace mucho tiempo (solamente he coincidido con él en hackmeetings y jornadas similares, es un lex-hacker 😉 ) se reunió con Alex de la Iglesia para presentarle una propuesta de modificación con la que salvar los muebles en caso de que la Ley Biden-Sinde se aprobara. A David le dieron hasta en el paladar, por ambos lados. Vale que no fue todo lo transparente que podría haber sido, pero no hizo nada necesariamente malo: hacer llegar su propuesta por un medio que consideraba bastante eficaz.
El camino al infierno está empedrado de buenas intenciones, sí, pero sin entrar al detalle de la propuesta, me parece que hizo algo para aportar más posibilidades al escenario y no menos. El no seguía siendo una opción de respuesta después de la propuesta. De hecho, fue la respuesta elegida por casi toda la oposición a la ley, así que no entiendo la fiereza en los ataques a David, sobre todo de gente anónima que no ha hecho mucho más que trollear en blogs y darle al botón de «chachi» del Meneame.
Quizá mi empatía con David venga de porque yo me sentí parecido con todo el tema de la asamblea de majaras. Mucha gente criticó sin aportar y propuso «soluciones» tan ortodoxas como irrealizables para los técnicos del Gobierno Vasco. Ser puro, ortodoxo, inmaculado, nos aleja de las críticas de nuestro grupo, pero es la heterodoxia la que lo hace avanzar. Muchas veces se equivoca al apartarse del canon de pensamiento, pero no debería ser aplacado con tanto garrote quien intenta otros medios para progresar.
De todas formas, ya está todo dicho. La gente que sabe de esto ya ha dicho por qué lo que hizo David está fatal, así que no voy a remover más el estiercol, que huele más.
Y finalmente llegó el peor día del año y nuestros peores presagios se cumplieron.
Alex de la Iglesia, disconforme con el acuerdo adoptado por los dos partidos mayoritarios españoles, decide dimitir de su puesto como Director de la Academia de Cine Española, añadiendo la guinda al pastel.
Así que todo ha sido un desastre. En palabras (apócrifas, eso sí) de nuestra ministra…
Ahora solo queda esperar ver cómo fracasa. David Bravo aporta mucha información al respecto en su entrevista para El Economista.
Siguiendo con lo que nos depara el futuro, en Bilbao tenemos la opción de informarnos bien gracias a la charla de la semana que viene en el Hackteneo. Tal y como comentan en la web del Hika Ateneo, los del Hackteneo han organizado para el próximo miércoles 2 de febrero a las 19:30 una sesión dedicada al proceso de la famosa Ley Sinde. Para ello, contarán con la presencia de Isaac Hacksimov, quien analizará su esencia y trayectoria, desde su votación en el Congreso hasta su posible aprobación en el Senado, aportando además pistas sobre cómo actuar en el caso de que fuese aprobada.
Me gustaría terminar con una cita, a pesar de tener varias décadas, es sorprendentemente lúcida y ajustada al momento:
Nuestra cultura oficial está luchando para forzar a los nuevos medios a hacer el trabajo de los antiguos. Estos son tiempos difíciles porque somos testigos de un choque de proporciones cataclísmicas entre dos grandes tecnologías.
Marshall Mcluhan 1911-1980
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