Buenas intenciones, malas peticiones

El Juntero de Ezker Batua – Berdeak, Jonathan Martínez, tiene interés por el software libre, realiza propuestas a su favor y se queja de cosas parecidas a las que nos quejamos por aquí.

Como podemos leer en la nota de prensa de Europa Press de la que se ha hecho eco Internet&Euskadi, Jonathan insta a la Diputación a implantar progresivamente el software libre en sus sistemas informáticos. Chapeau!

Sin embargo creo que en el caso de las propuestas, yerra en sus peticiones. La nota de prensa continúa diciendo que «Martínez solicita a la institución foral que dé los pasos necesarios para desarrollar una distribución de Linux propia que sirva de soporte, en el futuro, a los ordenadores de las administraciones de Bizkaia».

Emulando a Chiquito de la Calzada, me permito un sonoro ¡¡¡¡NOOOOOOOOORRRLLLLL!!!!

Desarrollar una distribución de Linux propia es tan… ¿años 90? Vale que LinEx o Guadalinex han conseguido cierto renombre internacional, pero aportan entre poco y nada al fortalecimiento de GNU/Linux y del Software Libre en general en el medio/largo plazo. Y me explico: crear una distro propia puede parecer que fomenta el uso de Software Libre entre la población general porque localiza (en el sentido de l18n) la experiencia de usuario y la hace más cómoda y amigable. Esa es la teoría, pero la práctica es un montón de CDs distribuidos con software obsoleto, instalados a gente que no sabe mucha informática (ni ganas de saber más) y con bastante prisa en conseguir ser eficiente con el ordenador. Resultado: CDs usados para ahuyentar a las palomas y copias de Windows XP por doquier.

Crear una distribución local es un esfuerzo baldío, no aporta nada: el software queda obsoleto antes, es muy trabajoso mantener el ritmo de una distribución más extendida, los logos, nombres y demás suelen ser muy chuscos y lo peor de todo, se crea una sensación de Torre de Babel entre los usuarios que es muy negativa. LinEx, Guadalinex, Molinux, y muchas de esas son 95% compatibles con Debian y Ubuntu, pero la mayoría de sus usuarios tardan en saberlo. A la hora de buscar ayuda, se encuentran con un Sistema Operativo que usa muy poquita gente, muy localizada y sin sus mismos intereses. Se frustran -con razón- y a la primera de cambio ya están con el DVD de All-in-one instalando XP y Office.

Para mejorar el Software Libre, aumentar el número de usuarios de GNU/Linux y mejorar su imagen, lo mejor sería que la Diputación, el Gobierno Vasco o quien fuera, apoyara a una de las distribuciones fuertes aportando dinero, recursos o gente. Esta misma semana lo comentan en Barrapunto: crear distribuciones de tu comunidad autónoma, tu ciudad o tu barrio es algo malo. Nosotros ya lo debatimos en artículos anteriores de este blog, y en blogs ajenos, diciendo un poco lo mismo.

Martínez expresa también deseos interesantes, como el de emprender un plan de aprendizaje tecnológico encaminado a que tanto los cargos públicos como el personal de las instituciones vizcaínas se familiaricen con el software libre.

Eso sería genial, aunque no veo que estén mucho por la labor. Quizá solicitando cosas más concretas seamos capaces de avanzar más.

Por último, para terminar con la propuesta del juntero de Ezker Batua-Berdeak, no me gusta mucho que se mezcle software privado con software privativo. El software privado, usado dentro de las empresas, sin ánimo de distribuirlo, puede ser libre o no, pero no influye en el mercado del software. Una empresa desarrolla un software de facturación propio, lo usa, lo rentabiliza y al cabo de los años lo abandona, y este hecho ha sido opaco al mercado del software. Sin embargo el software privativo priva a los usuarios de hacer copias, distribuirlas o modificarlas y tiene su razón de ser en un mercado en el que se cobra por cada licencia de uso de cada copia. Son hechos muy diferentes y no conviene mezclarlos.

De todas maneras, desde aquí mi aplauso y todo mi apoyo a esta proposición no de norma de Jonathan Martínez, a ver qué sale de todo esto 😉

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