Estándares abiertos

Una de las cosas que más me fastidia como usuario y defensor del software libre no es que la gente use software privativo, sino que pretenda obligarme a usarlo. Cuando quien me obliga es mi centro de trabajo o mi Administración Pública, no queda más remedio que amoldarse y empezar con los estiramientos para intentar la novena pirueta con doble tirabuzón a la que ya casi estamos acostumbrados para poder simular que tenemos el Internet Explorer con la JVM de Microsoft y Flash 9 desde nuestros mentirosos Mozillas.

El asunto de los estándares abiertos trasciende el plano del software libre versus privativo para entrar en otros mucho más profundos como la accesibilidad a tus propios datos o a los datos que genera tu Gobierno. El uso de formatos privativos encadena a su usuario a utilizar el software que los generó, a veces con situaciones tan grotescas como no poder abrir nuestros propios ficheros por haber actualizado uno de nuestros ordenadores a la siguiente versión de ese programa y el otro no.

Me queda el gran consuelo de que muchos gobernantes ya se están dando cuenta del asunto y en la Unión Europea avanza el uso de OpenDocument como estándar ofimático 🙂

Como ya sabréis, el pasado 1 de mayo de 2006 OpenDocument consiguió por fin que la organización internacional de estandarización ISO lo aceptara como estándar ISO-26300, todo un logro histórico y una victoria importantísima contra la imposición de formatos cerrados y propietarios.

Sin embargo, desde Microsoft no dan su brazo a torcer y siguen empeñados en que su eufemístico OpenXML se apruebe también como estándar ofimático. En la web estandaresabiertos.com nos han hecho un buen resumen del conjunto de razones por las que OpenXML de Microsoft no debería convertirse en estándar ISO. Me permito reproducirlas aquí:

  1. Más de 7000 páginas de especificación hacen muy inviables implementaciones alternativas completas e imposibilitan poder ser 100% compatibles con la especificación (y más cuando ISO 26300 cubre la misma funcionalidad con solo 600 páginas). Por otra parte y además, la especificación publicada ni siquiera es completa, ya que en múltiples puntos referencia a información que no es pública y que es conocida solamente por Microsoft.
  2. MS-Open Office XML tiene sólo un año de desarrollo y su formato no ha demostrado su valía en productivo.
  3. MS-Open Office XML cuenta con una sola aplicación que lo soporta y aún ni siquiera se comercializa. Además, esta aplicación, MS-Office 2007 ó MS-Office 12, es la más cara del mercado en su gama. A esto hay que sumar que dicho único programa sólo funciona sobre un único sistema operativo (Windows XP con SP2 y Windows Vista), con lo que el formato discrimina a todos los usuarios de Symbian, MacOS, Linux y los BSDs.
  4. No existe garantía legal de no infracción de patentes y el dueño del formato en su licencia no ofrece garantía alguna de que la especificación ECMA-376 se pueda implementar al completo en ninguna aplicación competidora sin ser demandado en los mercados donde son legales.
  5. El formato, al no ser 100% XML, ata a plataformas concretas de un único fabricante mediante el uso de excepciones y codificaciones binarias exclusivas de sus sistemas operativos.
  6. ECMA-376 no ha sido depurado en el proceso de estandarización y codifica expresamente y en detalle errores obvios conocidos y no corregidos que obligan a que las aplicaciones competidoras los tengan que implementar innecesaria y artificiosamente.
  7. Codificación críptica propia de un volcado de memoria que es difícimente inteligible para un humano y que prácticamente imposibilita la conversión de los documentos a formatos web como XHTML o a OpenDocument.
  8. El mantenimiento del estándar queda en exclusiva en manos de la comercial privada Microsoft, y en el comité ECMA que lo aprobó como ECMA-376, solo participaron 4 miembros de la entidad, Microsoft, Intel, Toshiba y Apple («séquito» ex professo aparte), mientras otro miembro de ECMA, IBM, lo rechazó.
  9. La comercial Microsoft puede en cualquier momento cerrar los documentos codificados bajo ese formato gracias a los DRM implementados en Windows Vista y en MS-Office 12, volviendo de nuevo a la situación de un único operador y aplicación y excluyendo al resto de la competencia.
  10. Y, finalmente, en cuanto al procedimiento de estandarización seguido, el objetivo oficial declarado por el Comité Técnico de estandarización de ECMA habla por sí mismo sobre la nula apertura a la competencia que ha seguido dicho proceso. Textualmente tal objetivo ha sido: «producir un estándar (…) que sea completamente compatible con los Formatos Office Open XML, remitidos por Microsoft«.

En el plano más local, la parlamentaria vasca Idoia Mendia proponía algo parecido para el Gobierno Vasco. Totalmente de acuerdo con ella, aunque me gustaría que comunicara este mismo deseo a sus compañeros del PSOE y no se dejaran las reivindicaciones solamente para cuando se es oposición };-)

Actualización: Parece que Microsoft quiere «corregir» la Wikipedia con respecto a este tema. A ver cuánto FUD generan estas contrataciones…

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